· Positivo: su labor no es buscar al culpable, sino alcanzar las metas de productividad brindando coaching a sus empleados para que logren un rendimiento óptimo.
· Entusiasta: su actitud es contagiosa, ya que infunda energía positiva en cada encuentro.
· Directo: utiliza comunicación efectiva, la cual es específica y concreta.
· Orientado a la meta: fundamenta sus labores en metas claras y bien definidas.
· Experto: atrae respeto y lealtad, pues conoce su trabajo mejor que nadie.
· Observador: es consciente de aquellas cosas que no se expresan con las palabras sino con los gestos.
· Respetuoso: trata a sus empleados como personas valiosas, de tal modo que aprende a conocerlos y tratarlos mejor.
· Paciente: no insulta a sus empleados por no haber comprendido lo que les asigno.
· Claro: se asegura que sus empleados entienden lo que les explica.
· Seguro: mantiene siempre una presencia fuerte.
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